limpia con cuy

Limpia con cuy: un relato que me contaron

En muchas oportunidad he podido oír testimonios de personas que han hecho o han pasado por una limpia con cuy y me ha llamado tanto la atención el tema que he querido escribir al respecto. ¿Para qué se usa? ¿Es magia, creencia, tradición? ¡Empecemos a responder estas preguntas!

Una historia de limpia con cuy

Ella se encontraba atendiendo a sus nietos que habían llegado de visita a la casa. Amelia no era la abuela más cariñosa del mundo, pero le gustaba que ellos se sintieran bien cada vez que iban a verla y esa no iba a ser la excepción. Ese día su esposo, Eustaquio no había llegado aún a la casa y era raro, porque siempre llegaba puntual a la cena. El día estaba sombrío y en eso se oyó que la puerta se abría y Eustaquio, que siempre fue de buen diente y de caminar erguido, entró viéndose enfermo.

Laura, quien presenció la escena, me cuenta que nunca había visto a aquel hombre en tal situación. La mujer de éste entonces, se puso de pie de inmediato y sin que nadie le dijera nada lo metió a la habitación. Luego, salió de ella sola a los minutos y fue al corral. En el corral Amelia criaba cuyes y otros animales y fue por el cuy negro para llevarlo a la habitación.

Estuvo dentro por una o dos horas y antes de que Laura se fuera de la casa oyó el chirrido del animal que sufría dentro de la alcoba. Ese día no se enteró qué pasó, pero Eustaquio, en otro día que ella fuera a visitarlos le contó lo acontecido.

El hombre se había sentido mal de repente (sí, él quien siempre había gozado de buena salud). El mal había hecho que se quedara dormido y cuando se despertó podía caminar, pero lentamente. Así era que había llegado a la casa más para el otro mundo que para este. Cuando su mujer lo vio llegar supo de inmediato qué era lo que le pasaba: un embrujo, le dijo «a ti te han querido hacer daño», entonces, conocedora del curanderismo, lo llevó a su alcoba y le quitó las ropas, tras dejarlo desnudo salió de la habitación a traer un cuy del corral y cuando había vuelto con él a la alcoba empezó a pasárselo al hombre por todo el cuerpo mientras entre dientes decía unas oraciones que solo ella atinaba a oír claramente. Tras pasar el cuy por su marido, con total sangre fría tomó un cuchillo y le abrió la barriga al animal mientras veía su corazón latir a mil por hora antes de morir. El hombre sintió entonces que la vida volvía a su cuerpo y de inmediato caminó erguido y sano nuevamente.

La creencia sobre pasar el cuy

El cuy es considerado un símbolo para el mundo andino. Este no solo ha sido usado como carne para alimentos, sino también en parte de rituales de sanación, usualmente las llamadas: «limpias con cuy». Cuando la medicina actual no existía, en la época de lo incas los chamanes usaban el cuy para diagnosticar enfermedades (al menos eso se dice).

Antiguamente, al animal se lo usaba para pasarlo en el cuerpo del paciente enfermo, tras lo cual, viendo su reacción se pasaba a definir cuál era la enfermedad que lo aquejaba. No obstante, con el pasar del tiempo ya no solo se observa al cuy, sino que se lo desolla.

El objetivo de desollar el cuy, según la creencia, es dar un diagnóstico más certero, así por ejemplo se puede saber si hay órganos en particular afectado por la enfermedad o por la brujería. Los curanderos creen que si al abrir al cuy se encuentran órganos negros es síntoma de que los mismo órganos están dañados en el paciente, muy probablemente a causa de brujería. El cuy, en ese sentido, no solo sirve para diagnóstico, sino también para limpias.

Hace algún tiempo me contaron otra historia de «pasar el cuy» diferente a los casos descritos y es que, según se dice, el cuy, luego de ser pasado por ella empezó a botar sangre y murió, señal de que, según se piensa, la mujer había sido víctima de magia negra.

Mitos, creencias, supersticiones… muchos siguen practicando el ritual del cuy en Perú y en países vecinos. ¿Tienes alguna historia más al respecto? ¡No dejes de contarla en los comentarios!

 

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©wendywongwriter.com


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